Cuántas veces escuché esta frase, y hasta la asumí como un CODIGO de vida, "hay una vida que es buena, y es cara. Hay otra vida más barata, pero esa no es vida". Yo sé que suena a chiste, pero no, es una realidad que ha llevado a que nuestra sociedad se desligue de sus creencias religiosas, principios morales, normas cívicas y jurídicas, amor al prójimo, respeto al derecho ajeno y de los demás.
Nuestro deseo de vivir en lo que denominamos "mejores condiciones" se ha reducido a tener pura y simplemente más dinero, mejor carro, vestimenta de marca, comidas en sitios "in", amigos "fashion", viajes a donde tú no has ido, y demás yerbas que no vienen al caso, pero de las que no estoy exenta.
Entonces, mis queridos, ¿cuándo dejamos nosotros de agradecer a Dios el sol que calienta, que ciertamente a veces se pasa de temperatura, pero que es tan maravilloso ver cada día? ¿En qué momento decidimos que no es importante decir "gracias"? ¿Quién nos explicó que la ropa más cara es la mejor y que si no tienes los colores de la temporada no estás en nada? ¿Quién nos obligó a no enseñar a nuestros hijos el amor y el valor de visitar la casa de Dios? ¿Cómo conseguimos olvidar que nuestros padres son nuestros mejores amigos y que sus consejos o palabras sólo buscan nuestro bienestar? ¿Cuándo aprendimos que competir secretamente con los que nos rodean, sin importar que sean nuestros padres, hermanos, amigos, compañeros, es la forma de lograr que nos quieran y respeten?
¿Por qué digo estas cosas si ni siquiera cumplo lo que cuestiono? Porque un día, mejor que otro, entendí:
1. Que Dios no me ha olvidado y me premia contantemente, aunque sea con lecciones de entendimiento;
2. Que una sonrisa de mi hija es más valiosa que cualquier paga monetaria que reciba;
3. Que una palabra de mami significa que me quiere y desea lo mejor para mí;
4. Que mi esposo es mi amigo y compañero de luchas cotidianas y que sus muestras de amor han mantenido en pie nuestra relación;
5. Que mis hermanos son maravillosos complementos de mi ADN y que nuestros lazos son invencibles;
6. Que mi ahora "cibertelebloguística" Amiga es un regalo que valoro como el mejor de los tesoros, porque más que amigas, comadres, es mi elegida hermana;
7. Que sentir el calor que emana del Sol, aunque queme, significa que estoy viva;
8. Que las lluvias mojan las flores y si me mojan quiere decir que también soy una flor de este maravilloso jardín llamado Tierra;
9. Que el mejor pago de la labor realizada es saber que estuvo bien hecha.
No quiero malinterpretaciones, ni que se me tilde de radical, fanática o arrepentida tardía.................... Lo cierto es que creo necesario que volvamos a esos valores y principios que se nos inculcan desde pequeños, que están en códigos, leyes, normas, reglamentos o simplemente son implícitos, porque todos sabemos diferenciar el bien del mal........................... Apreciemos y demos gracias por todo aquello que nos llega, que se va............. Una ola de amor, respeto, paciencia, tolerancia. prudencia, son la mejor receta para combatir la actual situación que las sociedades mundiales atraviesan.
Poseer y competir por tener y lucir mejor que aquel no nos engrandece, nos engrandece brindar una sonrisa al triste, darle un abrazo a tu compañero, comerte un helado con esa abuelita que ya ni mencionas, recibir con júbilo ese regalo feo que te hace tu marido, aplaudir la nueva hazaña de tus pequeños............... En fin que una nota de cariño, un "bien hecho", un "te amo", un "te extraño", valen más que todo el dinero del mundo y adivina qué:
¡A veces SON GRATIS y VERDADERAS!
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